
ESPECULACIONES SOBRE EL ASESINATO DE LOS ONCE DIPUTADOS
A dos semanas del asesinato de los once diputados a la Asamblea Departamental del Valle los colombianos ya tenemos una verdad oficial: que este asesinato fue cometido por las FARC. Es la versión del gobierno y la que los medios noticiosos han hecho suya. Sin embargo, desde el punto de vista de un investigador criminal ésta sería sólo una hipótesis, una especulación a priori acerca de quien pudo haber asesinado a los diputados. Hasta el momento en Colombia nadie (salvo los secuestradores que los retenían) puede tener un indicio, una prueba, una evidencia, o lo que sea, que pueda mostrar para decir ¡yo sé cómo murieron los diputados¡ Ni el gobierno, ni la prensa, la iglesia. El ejercito, o quien sea, esta en condiciones de afirmar seriamente, con fundamento criminológico, cómo sucedieron las cosas.
Entre tanto todos podemos especular sobre el caso. Pero solo será eso: especulaciones. Unos, como el gobierno, dirán que, sin lugar a dudas, fueron las FARC; otros, dirán que seguramente el gobierno miente y hubo u intento fracasado de rescate militar; algunos más dirán que fueron los “paras”, etc., etc. Pero al día de hoy, mientras no se hayan investigado y analizado el lugar y los cuerpos, todo será, culpemos a quien culpemos, hipotético.
Siendo así las cosas, no se entiende entonces por qué los medios informativos han hecho propia y asumido como verdad establecida la versión del gobierno; ¿por qué una sola hipótesis es desde ya, sin investigación y sin nada, aceptada y propagada como la verdad indudable sobre lo que sucedió? ¿Para qué, entonces, pedir una investigación, para qué estudios criminológicos e indagaciones judiciales, si ya sabemos, de ante mano, lo que paso? ¿Cómo pueden organismos sociales tan importantes para la vida democrática y la transparencia haber dado ya por aceptada la hipótesis oficial y proclamarla cada día en sus emisiones como verdad establecida? ¿Dónde está la prudencia periodística ante las fuentes? ¿Dónde el equilibrio informativo? ¿Cómo no pueden captar la sana lógica que nos dice que sólo tenemos hipótesis y especulaciones?
Y tal vez por esta sempiterna costumbre de los colombianos de contentarnos, de auto engañarnos, con especulaciones que damos por verdades, será que en tantos sucesos tan trascendentales de nuestra historia solo tenemos eso: especulaciones e hipótesis: ¿quién y por que mato a Gaitán? ¿quién a Galán? ¿quién a Jaime Garzón? ¿qué paso en el Palacio de Justicia?¿sabia o no Samper del “elefante”? ¿está muerto en verdad Carlos Castaño? A lo mejor lo único seguro en este asesinato de los once diputados sea que los colombianos hemos agregado un autoengaño más a nuestra larga lista de “verdades oficiales” que son solo especulaciones.
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